jueves, 25 de agosto de 2011

Mirando pasar los hechos

SCHOKLENDER SE ESCRIBE CON K
       
        
LA COMPLICIDAD DEL ESTADO
        
Al revolver viejos papeles, apareció una nota de “ABC” (Madrid) —13 de febrero de 2007— donde quedaría sentado que la distancia ayuda a investigar.  Y que a la inversa, aquí de cerca, no se ha visto nada.   El artículo trata de “Negocios oscuros al amparo del Poder en la Argentina de Kirchner, a cargo del Grupo «Bonafini»”.  Anticipando que la investigación periodística pone en duda algunos negocios de funcionarios del kirchnerismo, acostumbrados a llevarse todo por delante, desde las leyes a las personas, ingresando a su cuenta ingentes sumas de dinero.   Y subtitula: “Negocios del protegido de las Madres, Sergio Schoklender en la Ciudad Oculta de Buenos Aires, Argentina que están bien ocultos”.
    
Recuerda que todos los viernes, va al Banco Ciudad de Buenos Aires Sergio Schoklender, gerente de varios “emprendimientos”.  De allí retira en efectivo $ 100.000 (cien mil pesos).  Ocupa un auto y maneja él, portando un arma de grueso calibre tipo de guerra y custodiado por tres policías de civil, pertenecientes al Departamento Adicionales, División Custodia u otros Departamentos según lo disponga el Señor Jefe con la anuencia del Señor Ministro del Interior.  El cronista pregunta: ¿De dónde provienen los fondos que maneja semanalmente el Sr. Schoklender?  Porque hay una disposición del Banco Central y del Ministerio de Economía que todo pago de más de $10.000, se debe hacer con cheque.  Y sigue entre otras cosas: ¿Qué es el “emprendimiento” que se está realizando en la Ciudad Oculta?  ¿Por qué no se habla de ello o los noticieros de los canales amigos no lo dan a conocer?  ¿El Sr. Sergio Schoklender tiene permiso de “tenencia y portación de arma de guerra” otorgado por el RENAR?
      
Por lo visto, el detective de “ABC” ha sido mucho más perspicaz que los funcionarios locales y las Madres de Plaza de Mayo, que aparentan no haber advertido nada, ni siquiera las enormidades que están saliendo a la luz, hasta llegar a desfalcos supermillonarios, que tienen en vilo al Gobierno y en asco a la sociedad entera.  Debe quedar aclarado pues, que el asunto excede en mucho la autoría exclusiva de Schoklender, resultando oportuno recordar algunas actividades del condenado a cadena perpetua, tan espectaculares que ni ciegos ni analfabetos ni opas, que convivían con él, pudieron ignorarlo.  Lo cual demuestra desde el vamos que a ninguno de ellos le inquietaba el acompañamiento y el usufructo de los negocios en común.

                                             
CÁTEDRA DE DELINCUENCIA
      

Al revolver viejos recuerdos, viene a la memoria que el ex preso contaba entre sus debilidades la afición a la cátedra.  No solamente en la “Universidad” de las Madres de Plaza de Mayo, sino con alocuciones diversas, como las que se oían por una radio especial para los presos.  Por ejemplo aquella disertación sobre “El derecho a la violencia”, en la que dijo: “el gran desafío que tenemos es cómo hacer para lograr que ese delito común, que esa violencia callejera, que esa violencia social, se transforme en violencia revolucionaria, partiendo de la base de que por las buenas no vamos a ganar nada”.  Para continuar afirmando que “la experiencia de América latina —del mundo, pero de América latina es lo que más conozco— de los últimos diez años, demuestra que sólo aquellas organizaciones y movimientos que han podido transformar la violencia social en violencia revolucionaria.  El ejemplo más importante es de las FARC en Colombia […] Nosotros tenemos que lograr transformar esa violencia individual en una violencia organizada.  Tenemos que poder darle coherencia y organización a todos los estallidos sociales, no sólo al robo”.
      
Como no era suficiente lo dicho, en la segunda parte de su disertación, el maestro habría afirmado: “En cierta medida, todos aquellos que estamos privados de libertad, no todos pero la mayoría, los que supuestamente estamos por una causa violenta, somos luchadores […] Hoy la trinchera sigue estando, ya no están los subversivos, ahora estamos los delincuentes.  Todo el aparato que sigue intacto de la dictadura, porque sigue intacto, hoy se está utilizando para reprimir a la delincuencia.  Y los únicos que estamos levantándonos en contra de este régimen hijo de puta somos los delincuentes”.
              
HACETE AMIGO DEL JUEZ


Entretanto un voluminoso bulto inhumano, emblema galardonado de los “derechos humanos”, pialada, según nos quiere hacer creer, por los turbios manejos de la Fundición, se ha puesto a vociferar contra su engendro putativo, sin mezquinar algún elogio al juez más reputado —de célebres bailes entre fallo o falla— a cargo casualmente de la averiguación del escándalo.
        
Seguramente el halago brindado premiaba la paciencia del magistrado, que en lugar de allanar de entrada la Fundación y secuestrar los libros contables, permitió que las Madres llevasen esos documentos al tribunal.  Y la entidad, en vez de cumplir, denunció que le habían robado los documentos induciendo al juez a hacer un allanamiento inapropiado (“La Nación”, 16 de junio de 2011).
      
Por lo demás, es de creer que la líder humanitaria se sentiría estimulada, al observar los ingentes procedimientos judiciales que indefectiblemente llenaran armarios, baúles, cajones, carpetas, portafolios, biblioratos, expedientes, computadoras, discos rígidos, archivos, mails y demás elementos de indispensable convicción.  Cuya diligente lectura sin llegar a la semiplena prueba de alguna infracción, tal vez ocupe todo el tiempo exigido por el riguroso final de estilo: la nada.
          
En estos casos la prescripción “ad pedem litteræ”, como dirían —hartos— los litigantes romanos en tramos oscuros de la República.  Por ahora, como es sabido y merced a la disciplinada asepsia de los medios sumisos, todo consiste para la gilada en un “desvío de fondos”; inocente figura de tránsito vehicular, difícil de encajar en los códigos aplicables al Sumo Poder absoluto y democrático.
        
Mirándolo bien y conociendo harta jurisprudencia, verdaderamente es incomprensible tanto escándalo por tanta pavada, como sentenciara el impávido y sagaz ministrillo.  Hasta que se encuentre —por ejemplo— algún pobre operario de limpieza, cayéndole con todo, para que pague el precio de la ley.

BOUDOUDECES


Dicen que el shock es una afección potencialmente mortal que requiere tratamiento inmediato y puede empeorar muy rápidamente.
       
No obstante, aunque parezca rebuscamiento, la variante del shock —Shocklender— es capaz de aportar grandes servicios a la salud pública.  Al arrancar de un manotazo el telón encubridor, retratando como símbolo perfecto a la ultra delincuencia usufructuante del Poder.  Aquello que motivara el viejo anhelo popular “que se vayan todos”.  Incluso el último “descubrimiento” de siderales peculados y estafas que envuelven al súper parricida —junto a la Fundación maternal que patrocina y a etcéteras del Gobierno— ilumina el siniestro modelo K mientras lo sigue plebiscitando la encuestocracia.
         
Cuadro ratificado por el efebo-Boudou a cargo de la Economía, al respaldar en la ESMA-MUSEO y COCINA, a la propulsora de la empresa Derechos Humanos S.A. y administradora de la Fundación Madres de la Plaza de Mayo S.R.L.: “Vos” —dijo el Vudú— “pese a cualquier circunstancia personal, te pusiste al frente de las cosas.  Y cuando se hablan pavadas es cuando más cerca tenemos que estar.  ¡Hebe es parte de las figuras que queremos que nos representen!”, proclamó.

ELOGIOS DE LA LOCURA


Un ilustre penalista colocaba en la cumbre delictiva —como “loco moral”— al asesino que excediera en mucho la maldad común.  Algo peor que el criminal nato, capaz de cometer delitos horribles, en la elección de las víctimas —por ejemplo sus padres— por su alevosía y la utilización de medios repugnantes para la generalidad de los criminales.  En tal sentido el país, tantas veces a la cabeza de hechos extraordinarios, también ha batido un record desconocido en toda la historia.  Permitiéndole aportar a la escuela penal un elemento adicional: “loco moral y virtual”.  Con fuerza para producir efectos impensables.
       
Pero estas reflexiones no intentan enfocar solamente al titular del prontuario escalofriante (único “pato de la boda”).  Porque todavía más insólita ha sido, si cabe, la locura de la justicia local.  Al dejar libre a un asesino condenado a prisión perpetua, previo otorgamiento del elogioso título de abogado que lo equipara en dignidad a sus jueces.  Hasta quedar habilitado, como experto parricida, para el patrocinio de las Madres de la Plaza de Mayo titulares de la Fundación ahora excluida del banquillo mediático.  Como también le permite liderar la lucha por “los Derechos Humanos”, persiguiendo a los combatientes contra el terrorismo.  Hasta acompañar con su autoridad moral, el reclamo ante la Corte Suprema de Justicia contra los indultos concedidos a los represores genocidas… y sin perjuicio de exigir un trato bien severo para un anciano general preso.

LOS FRUTOS DEL GARANTISMO


Cabalgando por los ondulantes caminos del Derecho Garantista, el libérrimo convicto ha salteado cualquier obstáculo que amenace su incondicional libertad condicional.  Además de realizar costosos viajes por regiones cercanas y remotas, con sus aviones o su yate, consiguió emprender negocios que en algún caso lo beneficiaron con una oportuna quiebra, zafando también de cheques sin fondos.  Hasta obtener una fortuna colosal no registrada por ninguna lente impositiva.  Estuvo tal vez al borde del shock, cuando descubrieron que manejaba un auto robado.  Pero un minucioso juez, famoso por el secuestro de novelas “nazis”, le preservó la libertad por falta de mérito.  En fin, requerido para altos rumbos, no pudo frenar sus ímpetus, llegando a señorear la Universidad (sic) Madres de la Plaza de Mayo; también acompañando emprendimientos edilicios, con dineros públicos cuantiosos, que ahora están rozando su comodidad y el benemérito nombre de la Fundación epónima.  Escollo que lo obliga a aparecer airosamente —como un auténtico “self made man” millonario— en todos los medios facilitados para ostentar su inocencia perpetua a prueba de cualquier delito.

EMBLEMA DEL MODELO K


¿Hay algo peor que la asociación ilícita para cometer delitos?  Por supuesto que sí: la asociación legal para cometer ilícitos impunemente.  Amparada desde el poder; con leyes a tal fin y por jueces entregados a prevaricaciones parejas con desviaciones ostentosas e ignorancias supinas.
       
Es lo que está ocurriendo en este desgraciado territorio que una vez se llamara La Argentina, respetada en todo el mundo como el ejemplo de Hispanoamérica.  País destrozado precisamente por espurios sujetos acogidos generosamente —sin límites— que se confabularon con agresores extranjeros para robarle su patrimonio y mucho más: su alma.  Adueñados del poder, la inquina arremetió contra el espíritu y la naturaleza, traduciendo su odio a lo santo con sacrilegios “artísticos” auspiciados oficialmente; y contra lo normal, enalteciendo la degeneración con el “matrimonio igualitario”; promoviendo la droga y un triste etcétera.  En este marco se entiende que dos asesinos de sus padres, hayan sido elegidos por el Gobierno para las más delicadas tareas de “beneficencia pro domo sua”.
         
Ahora, rebosando abundancia delictiva, se abrió la Caja de Pandora y brota a raudales la podredumbre.  Una inmundicia inconcebible, protagonizada por la institución emblemática del Modelo K.  Porta estandarte de los derechos humanos, a cuyo servicio sus representantes se pavonean en lujosos automóviles, yates y aviones; mientras crecen las villas miseria y el hambre.  En tanto la Primera Madre de desaparecidos-reaparecidos (según dicen, en los padrones electorales y en Europa), reparte groserías insultando a diestra (no a siniestra mano) incluso contra un Papa moribundo; solazándose por la voladura mortífera de las Torres Gemelas, sea de quien fuere su autoría criminal.  Mujer tiránica —como bien saben sus pobres servidores— que tuvo la audacia de fundar la Universidad epónima, dando títulos oficiales en las narices del Congreso.  Pero aunque parezca mentira, también hay cosas parejamente tristes.  Como la exhibición melindrosa de esclavos mediáticos, que les caen —por primera vez— a los parricidas; cuidando de no rozar “el prestigio” de las luchadoras por los derechos de la izquierda.  Más aún, uno de ellos, que presumía de escritor en la TV, llegó a comprender el acogimiento de los huérfanos parricidas, por una típica ternura maternal…

INDIGNEZ VOUS


Por eso indigna que el ministro del Interior pida a la ciudadanía “no poner en tela de juicio a una organización de tanto prestigio como las Madres de Plaza de Mayo”.  Indigna también que el requerimiento de instrucción del fiscal federal sostenga, antes de iniciada la investigación, que la organización maternal ha sido víctima de manejos de los hermanos huérfanos y de otros imputados.  Porque es preciso que tome estado público la trama que permitió durante años, la gigantesca estafa a las arcas públicas y a los sectores necesitados sin que nadie lo advirtiera o lo impidiera, tanto en la Fundación de la Madres como, principalmente, en la Secretaría de Obras Públicas de la Nación, de la cual partían los fondos.
       
Los hermanos parricidas son solamente el emergente de un escándalo mucho mayor y con protagonistas de mayor peso.  Lamentablemente presentarlos como los culpables excluyentes es lo lógico para un Gobierno que, primero con Néstor K y ahora con su viuda, ha mostrado desinterés e indiferencia frente a revelaciones sobre hechos gravísimos de corrupción.
       
Teniendo en cuenta lo dicho, no llama la atención lo ocurrido en el seno de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo.  Se han entregado enormes remesas de dinero sin ningún control.  Por el contrario, se envió allí a una ex funcionaria desacreditada por haberse encontrado en el baño de su despacho una inexplicable suma de dinero en efectivo.
        
Se equivoca el Gobierno, acostumbrado a la corrupción, si cree que es un caso más.  No lo es: al haber permitido la malversación de caudales públicos en perjuicio de los sectores más pobres.  Han abusado de las banderas humanitarias y se han burlado de la pobreza.
      

Juan E. Olmedo  
 

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