viernes, 13 de agosto de 2010

Poesía que promete


AIRES DE RECONQUISTA:
LA POSADA DE LOS TRES REYES

La fragancia es la misma de las siestas,
la cocina de brasas, el puchero,
un ramo de tomillo, pan casero,
y calandrias que ensayan sus orquestas.

Nada queda sujeto a lo imprevisto,
el fondero blasona de paciente,
oye el galope corto, es un cliente
llegando hasta Alameda y Santo Cristo.

Entra Ulpiano Barreda, hay en su gesto
una culpa que a solas lo apuñala:
va en coyunda con gringos, los avala,
o al Capitán Gillespie ayuda presto.

La fragancia es la misma, sin embargo
la posadera huele a cautiverio,
a herejía que hiere sin cauterio
a rendición, a entrega y a letargo.

Olvida que dejó el latón con guiso,
el cernidor de harina bajo el agua,
el planchado pendiente de una enagua
o el lampazo mojado para el piso.

Imagina a sus hijos desertores,
reza un Credo con aires de estallido;
el gazpacho hoy le sabe desabrido,
ya no huele la patria en los sabores.

Piensa en el pago, en la canción de cuna
que habla del ángel que batió a mandinga.
Le ordenan un servicio y se respinga,
criolla altiva, majestad de luna.

“Si nos hubieran dicho, caballeros,
de estas conductas tan acobardadas,
nosotras, sólo a fuerza de pedradas
limpiábamos la tierra de extranjeros”.


Calla Barreda. El capitán pirata
enmudece también. Se hunde en sus codos.
La posadera clama frente a todos:
“¡Reconquisten el Río de la Plata!”

Antonio Caponnetto
                         

1 comentario:

Pampa dijo...

Dios nos conceda fervorosas posaderas como esta verdadera matrona de sus versos, que con solo imaginar la desgracia de la herejía entrante, clamó por una urgente y aleccionadora Reconquista. Y Dios lo ayude a usted Profesor en seguir insistiéndonos que sin sacudirnos la modorra, no habrá absoluta Reconquista. El Señor lo fortalezca de paciencia por todos los inconsecuentes argentinos que andamos hablando y hablando, y no somos capaces de caminar cinco cuadras para llevar la vos católica y nacionalista de Cabildo.
Desde el terruño del chamamé, el General San Martín y la Virgencita de Itatí.
En Cristo y en la Patria!