viernes, 7 de noviembre de 2008

Guiones de estilo


LA SOTANA,
UN TESTIMONIO


Para el clérigo y el religioso, la sotana o el hábito son unos trajes que suscitan el respeto y les recuerdan el desapego de las vanidades de este mundo. El sacerdote es un hombre elegido y distinguido de los demás. El testimonio es una noción que aparece a menudo en boca de Nuestro Señor, y que el sacerdote debe darle al mundo: “Serán entonces mis testigos”.

Es traje laico quita toda distinción, suprime el testimonio, y preserva de manera mucho menos eficaz del mal. Esta desaparición de todo testimonio por el traje aparece como una falta de fe en el sacerdocio y una cobardía, una falta de valentía en las convicciones, así como un desprecio por el sentido religioso del prójimo.

Varios Papas no dejaron de lamentar la laicización progresiva de las sociedades. La separación de la Iglesia y del Estado hizo penetrar poco a poco el ateísmo en todos los campos de la actividad del Estado, y en particular en las escuelas.

El sacerdote que vive en una sociedad donde todo se laiciza tiene la impresión creciente de ser ajeno a dicha sociedad; luego, de ser molesto. Su presencia en el mundo tiene la impresión de ser sólo tolerada. De ahí viene el deseo de los sacerdotes de hoy de alinearse en un mundo laicizado, lo cual se traduce por el abandono de la sotana. Estos sacerdotes no tienen más la noción exacta del lugar del sacerdote en el mundo.

La laicización suprimió así, en muchas relaciones sociales, los temas de conversación sobre a la religión. La sotana les recuerda, aún a los ateos, desprovistos de religión, la presencia de Nuestro Señor y de la Iglesia. Esto los incumbe, quizás los haga reflexionar.

El sacerdote es una predicación viva por su sotana, por su fe. Es la sal de la tierra. Los sacerdotes de hoy, sacándose la sotana, se han vuelto insulsos.

La sotana es una garantía de autenticidad para el sacerdote católico.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

YA NO HAY CURA CON SOTANA
NI MUJERES QUE SE VISTAN!
GRANDE SALVAT!!!!!

Anónimo dijo...

El hábito es siempre venerable, no sé de quién es este texto anónimo, no condenar
ia así nomás a los que no lo usan. Pueden ser - aún sin la venerable sotana- sacerdotes respetables y nobles.

Cardenal Mindzensty

Anónimo dijo...

Sin duda que tal acto es una provocación que procura recciones como las de Antonio Caponnetto. El Templo Primado sólo debería ser usado para el Culto y la Predicación católicas.
Me cuesta creer que en aquella noche del 1938 aunque hayan sido 100 sinagogas y unos cuantos negocios no hayan estado por etrás el "nationalsozialistische deutsche Arbeit Partei" y las SA de una u otra forma.

Ein Gott, ein Christus, nur ein heilige katholische Kirche.

August Klemens Von Galen